Cualquiera de nosotros puede experimentar inesperados cambios de fortuna.
Suerte, desgracia, amor, dinero, accidentes.... La vida humana es un complejo
entramado de acontecimientos que en muchas ocasiones tratamos vanamente de
controlar. Uno puede perder lo que tiene de la noche a la mañana...., pero no perderá
la noche ni la mañana mientras viva. El mas infeliz y depauperado seguirá
conservando ese escenario. Nadie podrá quitarle, mientras el corazón prosiga
su curso misterioso, el ardiente sol, la luna cambiante, las estrellas
innumerables y el propio planeta que le sostiene. En algo tan simple, tan
evidente, y sin embargo tan poco meditado, se basa el antiquísimo código de
las estrellas que ha llegado hasta nosotros, superando siglos de intolerancia,
fanatismo y desdén "científico", con un nombre demasiado gastado: ASTROLOGÍA.
Un
nombre gastado que, sin embargo, se refiere a una maquinaria cuyos mecanismos
rayan en la perfección, a un sistema de leyes y relaciones cósmicas que
parece afectar directamente a todos y cada uno de nuestros actos. A lo largo de
esta sección iremos viendo hasta que punto responde a la realidad esta afirmación.
Resulta difícil en nuestros días brindar una definición correcta de la astrología,
una de las disciplinas herméticas mas antiguas que se conocen.
Muchas gentes aun confunden lamentablemente a los astrólogos con los astrónomos.
Es cierto, que en los albores de la humanidad los magos astrólogos fueron los
primeros astrónomos que existieron, aunque también es cierto que ellos tenían
una concepción del cielo muy distinta a la de los astrónomos actuales.
El Paso de los Milenios
Como
todos los ciclos históricos la astrología tuvo una prehistoria. ¿Desde cuando
se preocupa el homo sapiens por escrutar los astros? El hombre conocía los
periodos lunares hace 35.000 años, y los egiptólogos localizaron cartas
celestes que fueron trazadas en el año 4.200 a. de j.c.
Las primeras
civilizaciones eran nómadas y sus pastores se fijaron indudablemente en todos
los astros mas brillantes. En la zona meridional de gran Bretaña existe un
monumento excepcional del pasado: Stonehenge. Se han datado sus piedras talladas
en el 1.800 a. de j.c.
Entre los pueblos que poblaron la fértil mesopotamia una
de las cunas de la civilización, se encuentran los caldeos. Ellos eran
excelentes geométras aritmólogos, pero sobre todo, magos, sacerdotes y
adivinos, que prosperaron entre unas masas deseosas de conectar con las fuerzas
ocultas de la naturaleza. Para vigilar la bóveda celeste, los caldeos
construyeron grandes torres de mampostería y sillares de piedra con estructura
piramidal llamados ZIGURATS. Eran genuinos observatorios. Algunos de ellos como
los de URUK Y UR, alcanzaban dimensiones superiores a los 80 metros.
Zigurat de UR
En sus
restos se han descubierto tablas astrológicas como las de NÍNIVE. Los astrólogos
caldeos calcularon las primeras tablas o efemérides de los movimientos
planetarios que se conocen evaluando con precisión su paso por distintas
configuraciones fijas de estrellas (constelaciones).
Los Zodiacos Egipcios
La ciencia de los astros se difunde rápidamente por Egipto, partiendo de las
sabias enseñanzas de Berosus en la isla de Cos. En realidad los egipcios habían
elaborado ya sus propios zodiacos o bandas de constelaciones cruzadas por el
sol, de modo que muchos historiadores postulan que la gloria de los
descubrimientos astrológicos sea compartida a partes iguales por caldeos y
egipcios.
Hemos
hablado de un hombre: Berosus, como introductor de este arte sublime en los cenáculos
egipcios. A él se le debe también haber iniciado a los griegos: Tales y
Anaximandro. El primer compendio astrológico se atribuye al excelso matemático
y astrónomo Claudio Ptolomeo. Se denomina Tetralibros, data de los años
160-174 d. de C. y se considera el núcleo mas importante de la actual filosofía
astrológica.
De
la mano de los griegos la astrología llego a Roma y se popularizó no solo en
los estratos populares, sino en las moradas de los altos tribunos. Una anécdota
ilustrara suficientemente el alto aprecio que los emperadores romanos otorgaban
a los horóscopos: Cuando Agripina recibe a su astrólogo, este excitado y casi
llorando lee en su tablilla el aciago presagio astral: -Vuestro hijo Nerón,
señora, alcanzara el trono, pero llegara a dar muerte a su propia madre. La
respuesta dejo estupefacto al mago. -¡No importa; con tal de que consiga
reinar....!
La Política Cristiana
Los años venideros fueron sedimentando los conocimientos astrológicos.
Plotino,
el gran pensador neoplatónico, acepta muchos principios astrológicos, pero
insistiendo en la libertad del hombre para decidir su destino aunque fuera este
fuera presionado por influencias planetarias. Hacia el siglo V San Agustín, el
obispo de Hipona que había en su juventud aceptado la filosofía de los astros,
la rechaza luego violentamente. Se abre así en el cristianismo una polémica
que dura hasta nuestros días.
En el siglo VIII los árabes fomentan el estudio
del cielo. Ibrahim Al-Fazari crea el primer astrolabio que permite un calculo
preciso de las posiciones estelares. Y dos siglos después Ibn Junis logra
elaborar unas precisas tablas de las trayectorias planetarias.
1125 es una fecha
sagrada: se funda en Bolonia la primera cátedra de astrología.
Luego Marco Polo trae noticias alentadoras al descubrir que en china existen mas
de 5.000 astrólogos.
Pero la fecha mas revolucionaria corresponde a la aparición,
en 1543, del libro "De revolutionibus orbitum caelestium". En ella
Nicolás Copérnico cambia radicalmente la concepción que hasta entonces se
tenia del universo: no son el sol y los astros como creyeron caldeos, egipcios,
griegos, romanos y la iglesia catolica, los que giran alrededor de la tierra,
sino ésta en torno al sol, centro del universo.
En
1552 Lucas Gauric publica su notable obra de astrología. En ella se demuestra
que prelados y famosos papas se mostraron decididos defensores de la nueva filosofía
mántica. Cardan escribe también su magna obra hacia 1560 y Tycho Bahe, uno de
los mas grandes astrónomos de la época, exclama por aquel entonces: "los
que niegan la evidente influencia de los planetas violan pruebas claras que los
hombres de juicio equilibrado saben que no es posible contradecir".
En
el siglo XVII un monje y matemático italiano, Placidus, idea un tipo de división
de casas que perdura hasta nuestros días, pese a que hoy ha sido impugnado por
muchos astrólogos.
La Muerte de Catalina de Médicis
Era una época en que la confusión entre astrólogos de todas las tendencias hacían
peligrar esta escuela del pensamiento.
Se cuenta que Catalina De Médicis, la
misma que protegiera posteriormente al gran Nostradamus, tuvo noticia de que
Cósimo Ruggiero, un astrólogo florentino, disidente y de personalidad un tanto
siniestra, aseguro que la reina moriría junto a Saint Germain. Al saberlo,
Catalina ordeno a su sequito que trazasen un mapa con todos los puntos geográficos,
aldeas y lugares que llevasen el nombre de Saint Germain. Quería evitar a toda
costa encontrarse cerca de aquellos lugares de mal agüero. Un día llegaron a
Blois, y por la noche tras pernoctar en el palacio local, acometió a la soberana
una intensa fiebre y vivos dolores en el costado. Había recibido la noticia del
asesinato del duque de Guisa y esto le había afectado profundamente. Llmaron a
un físico (medico) y a un sacerdote. Cuando este se aproximo al lecho le
pregunto su nombre.
-soy
el padre Saint Germain, señora. La reina, horrorizada, exclamo:" entonces
ya estoy muerta".
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En 1632 Galileo, tras sus estudios telescópicos, confirma científicamente las tesis coperniquianas. Aunque Galileo llegó a trazar cartas natales (las vendía a 60 liras) sus descubrimientos marcan el divorcio entre dos corrientes. La vieja astrología ve desgajarse una nueva hija: la Astronomía; que pronto abominara las enseñanzas de su progenitora.
Hacia 1781 se descubre el planeta Urano y esto trastorna gravemente las premisas de la vieja escuela. Los astrólogos se ven obligados rápidamente a integrarlo en sus esquemas astrales.
Llegamos
ahora al siglo XIX; la obra ingente del gran William Lylly, astrólogo fallecido
en 1681, había perdurado hasta esta época formando una fecunda escuela. En Inglaterra
se hacia famoso Raphael, cuya popularidad se debió a la revista astrológica
"The prophetic Messenger". Un día escribió en sus paginas:"El
año 1861 será nefasto para todos los que hayan nacido en jornadas cercanas al
26 de agosto. Veo que entre ellos esta el príncipe consorte". Los
periodistas de la época ironizaron acerca de la profecía. El príncipe, aun
joven, estaba sano como una rosa, pero...., el 14 de diciembre de ese mismo año
falleció inesperadamente.
Surgen nuevos y grandes astrólogos: Miss Adams en Nueva York, que se hace famosa en los albores del siglo XX, Alan Leo en Londres, cuyo nombre real era W. Allen, Richard James Morrison, rival de Raphael (Smith).
En 1846 se descubre Neptuno gracias a los cálculos de Le Verrier y esto trastorna nuevamente los supuestos clásicos. Nuevas correcciones se introducen en las tablas de efemérides para ajustar el hallazgo planetario.
Surgen nuevos y grandes astrólogos: Miss Adams en Nueva York, que se hace famosa en los albores del siglo XX, Alan Leo en Londres, cuyo nombre real era W. Allen, Richard James Morrison, rival de Raphael (Smith).
En 1846 se descubre Neptuno gracias a los cálculos de Le Verrier y esto trastorna nuevamente los supuestos clásicos. Nuevas correcciones se introducen en las tablas de efemérides para ajustar el hallazgo planetario.
Pero
algo marca con fuerza los jalones de la historia, y es la aparición de la
sociedad teosófica fundada por madame Blavatsky y el coronel Olcott (1875).
Ella funda una nueva concepción de la astrología y sus enseñanzas se
extienden como un ciclón por Europa y América.
Cuando
nace este siglo, brillantes especialistas se extienden por ambos continentes,. Además
de Evangeline Adams, surge Karl Erns Krafft, que nace precisamente en 1900.
El
disidente psicoanalista Carl Gustav Jung, pese a no ser creyente en esta
escuela, desarrollas paradójicamente brillantes estudios que arrojan luz sobre
su filosofía. Reinhold Ebertin, Eudes Picard, Dom Negroman, Alexandre Volguine,
H. J. Gouchon, Claire Santagostine, gran pedagoga del sistema astrológico contemporáneo,
el alquimista Armand Barbault, Jean Viard.
Mientras tanto se descubre un nuevo planeta: Plutón, en 1930, y se cierra al fin este periodo con el auge de las doctrinas emanadas por el gran Wilson y el racionalista Michel Gauguelin.
Mientras tanto se descubre un nuevo planeta: Plutón, en 1930, y se cierra al fin este periodo con el auge de las doctrinas emanadas por el gran Wilson y el racionalista Michel Gauguelin.
Concluye así la historia de un redescubrimiento, destinado a implantarse en
nuestros días, pese a quienes niegan su validez como método de conocimiento,
con inusitado vigor.
Luis Díaz Montaner
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